“Soroche” es una palabra derivada del quechua que se refiere al vértigo que se experimenta al estar a mucha altura, produce mareo, nausea y confusión. En mi opinión también define bien el sentimiento de irse, de encontrarse muy lejos de casa, en otro clima y en otra latitud. Así como el ser ajeno, extranjero en un lugar. 
Este proyecto se materializó gracias a la necesidad de inmortalizar todas las sensaciones que he transitado en mi recorrido. Irse es aceptar la herida permanente, siempre abierta y en mi caso doble al ser hija de padres migrantes. 
Este crecer entre intersecciones, el no ser ni de aquí de allá, dificulta concebir la identidad desde donde usualmente se hace, que es atada a un territorio. Cuando uno se mueve mucho aprende a despedirse y a ir dejando partes de sí en todos los lugares que habita y en la gente que amó en esos lugares. Inevitablemente llega el momento de entender que el hogar y la identidad tienen que residir dentro del propio cuerpo.
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